Prensa

La Nación 4/5/2002 “Ricardo Lew, muy dúctil”

Presentación de Ricardo Lew Cuarteto , con Ricardo Lew en guitarra, Guillermo Romero en piano, Guillermo Delgado en contrabajo y Oscar Giunta (h.) en batería. El jueves, a las 21.30, en el Club del Vino, Cabrera 4737.
Nuestra opinión: bueno.

El Club del Vino al tope muestra el interés que despertó el guitarrista Ricardo Lew con la sencilla propuesta de hacer “un puñado de mis temas preferidos”. Por cierto, los hizo con buen gusto y sano eclecticismo.

Lew, como un políglota entrenado, mostró el dominio de varios idiomas estilísticos, como el bop, el hard bop y la fusión con el flamenco, entre otros.

El show mostró un liderazgo sin protagonismo. Una sección rítmica sólida, aunque por momentos sonó sin contornos. Al poner un énfasis excesivo en el vigor interpretativo, el grupo pierde algo de cohesión sonora y se enturbian las melodías. Quizá los nervios del debut o el excesivo volumen quitaron precisión al comienzo.

Este primer concierto dejó en evidencia algunos puntos interesantes. Por ejemplo, quien mejor se integró a los diferentes discursos fue el baterista Oscar Giunta, permanente interlocutor tanto de Lew como del pianista Guillermo Romero, que desarrolló anteanoche un mood propenso al ataque percusivo y a líneas melódicas que se interrumpen abruptamente. Delgado, por su parte, empleó un vasto abanico emotivo, en especial durante sus solos, en los que mostró una concisión inteligente.

Lew es un guitarrista dúctil, con una propuesta que distribuye la carga del cuarteto en cada uno de los intérpretes, que tienen espacio para sus propios modos de expresión. Su estilo es ágil y gusta de los tiempos veloces, con ritmos gruesos y persistentes.

Durante el show, el guitarrista hizo una variedad de solos en los que muestra una forma contrastada y algo exacerbada, acrobática, aérea, hecha de single notes torrenciales y de acordes enlazados por glissandos veloces.

UN COMIENZO TORRENCIAL

Abren la noche con un “Secret love” a gran velocidad, lo que evidentemente no ayuda a consolidar el groove . El sonido es desparejo: mientras que la guitarra suena muy arriba, el piano no se distingue con claridad y el bajo queda en las sombras. Giunta pone el pecho y consigue darle al tema un swing definido. El solo de Lew es intenso. Su Repiso Stratocaster suena seca y pura. Su estilo aquí es una aproximación al discurso pianístico.

Con”Road song”, de Wes Montgomery, el combo gana más tranquilidad. El swing cadencioso de esta bellísima y ágil pieza les permite conjugar mejor el sonido. El solo de Lew es una atractiva réplica de Montgomery. A cada nota, a cada frase, les dio una intensidad y un vibrato deliberados en busca de recrear el mensaje, algo más moderno en su juego armónico. Algunos pequeños arreglos destacan la atmósfera melódica. El solo de Romero colabora en la creación del clima general, en tanto que bajo y batería marcan austeramente el ritmo.

Primera parada en este viaje musical: “Alma de mujer”, una rumba flamenca de Chano Domínguez, en la que el trabajo del piano y la guitarra se luce por su belleza melódica y composición tímbrica. La introducción de Romero consigue transformar el ambiente para que la guitarra acústica de Lew se vuelva arrebatadoramente melódica.

“Impressions”, de Coltrane, es de los mejores momentos. El cuarteto se luce como grupo, con solos de diferentes lenguajes y una fuerza rítmica que sostiene este himno.

El jazz sigue generando novedades como un modo natural de exponer sobre los escenarios la creativa madurez por la que atraviesa.

Por César Pradines.

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