Prensa

La Nación 22/4/2007 “Nolé y Lew, en diálogo intenso y variado”

Presentación del dúo del pianista Ricardo Nolé con el guitarrista Ricardo Lew. En Notorious.
Nuestra opinión: bueno

Formaron parte de la banda, en los años ochenta, del cantante y percusionista uruguayo Rubén Rada. El nuevo dúo de piano y guitarra de Ricardo Nolé y Ricardo Lew, respectivamente, mostró dos aspectos interesantes, un sólido equilibrio en los mensajes como también una estimulante consistencia rítmica.

Construyeron el repertorio con materiales de la música rioplatense a los que les dieron una renovada vida. Comenzaron con un clásico de Rada, “Martúan”, un candombe cuyas frases principales las hicieron con un unísono muy ajustado y que le dio una suerte de brío rítmico.

“A la mama vieja”, de Nolé, es un tema lento que luego de recorrer la frase, comenzó el pianista a improvisar sobre la melodía. Hizo una suerte de dibujo melódico más complejo, más comprometido en materia armónica. Lew, en cambio, trabajó sobre una serie de escalas, es decir, sin recurrir a la reconstrucción de la melodía original fue, poco a poco, haciendo surgir atmósfera más abstracta.

Sólidos juntos

“Flor de lis”, de Djavan, fue una pausa en el viaje rioplatense. Eligieron hacerla muy rápida, casi como un juego. Casi sin inflexiones, el tema tomó un sendero muy lineal y quizás perdió algo de esa gracia original que posee. Precisamente, toda la gracia retornó con la versión de “Muchacha”, de Spinetta, en la que se lució el guitarrista tanto por el aspecto emocional con la cual lo hizo como en su fuerte capacidad de rearmonización. Su solo fue una pequeña pieza de arte, ya que lo hizo con acordes; los links entre uno y otro fueron con un suave glissando que le dio un aire sentimental a la pieza. Desde el piano, el tema sonó muy beatle; al parecer, hay fuertes influencias que quedan menos evidendes desde la guitarra.

Otro candombe bajó del escenario; un tema clásico del cancionero montevideano sacudió el recinto.

Hay una relación muy sólida entre ambos músicos. Desde el comienzo se produjo una clara integración; Lew se dedicó no sólo a sus sustilezas como armonizador, también a crear una serie de climas que, en ocasiones, parecen rodear los sonidos provenientes del piano; por el lado de Nolé se nota más pausa y eso enriquece todo el mensaje. El uruguayo es un pianista torrencial que, en este plan, desanda esa característica y consigue así un mejor ensamble con Lew.

Con “Estamos ahí”, del armoniquista brasileño Einhorn, el dúo volvió a las sonoridades contundentes. Nolé y Lew mostraron que pueden desarrollar desde sus propios arreglos un diálogo intenso y variado.

Hicieron, cerca del final, otro salto del Río de la Plata y fueron a dar a las playas del noruego Jan Garbarek, del que tocaron “Country”, una pieza de inusual belleza melódica .

Reflexiva, a medio tiempo, en esta canción la guitarra de Lew parece tomar un discurso saxofonístico. El piano aquí edificó el clima quitándole casi toda el acento rítmico; el tema pareció entonces flotar sobre la gente atravesado por los acordes que Lew iba arrancando de la melodía.

La escena local sigue mostrando vitalidad, tanto por las nuevas propuestas como por las reuniones de músicos, como Nolé y Lew, experimentados y creativos. .

César Pradines.

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